La infección crónica por HBV es un proceso dinámico que refleja la interacción entre la replicación de HBV y la respuesta inmune del huésped. Esquemáticamente se la dividía en 5 fases, que se basaban en la presencia de HBeAg, niveles de ADN de HBV, valores de alanino aminotransferasa (TGP) y eventualmente la presencia o ausencia de inflamación hepática. Este año se modificó la nomenclatura de estas etapas, basándose en la descripción de dos características: infección versus hepatitis [2].
Existen diferentes drogas para el tratamiento de la infección crónica por HBV; sin embargo, el momento y estrategias óptimas del tratamiento antiviral con el objetivo de la “cura” de la infección (eliminación del cccADN del hepatocito) aún presentan desafíos que no han sido resueltos. Gracias al desarrollo de nuevas técnicas moleculares, se dispone de nuevos biomarcadores que podrían ser de utilidad para la comprensión de la historia natural de infección crónica por HBV y la evaluación de la respuesta a la terapia antiviral [3].
El antígeno relacionado del core de HBV (Hepatitis B core-related antigen, HBcrAg) , que está codificado con los genes precore/core gene, se compone de HBeAg denaturalizado, antígeno HBV core (HBcAg), y una proteína del precore de 22-KDa (p22cr)[4]. La concentración sérica de HBcrAg está muy relacionada con el nivel de ADN HBV plámatico y de cccADN intrahepático. También se han correlacionado los niveles de HBcrAg con las diferentes fases de la infección crónica (mayores en la fase previamente denominada “inmunotolerancia”) y con el riesgo de desarrollo de hepatocarcinoma [3].
Por otro lado, en 1996 fue descripto por primera vez el ARN de HBV circulante y posteriormente su potencial papel como marcador de respuesta a la terapia con antivirales. El mismo puede se encuentra en sangre periférica en la forma de ARN pregenómico envuelto. Se ha observado una correlación fuerte con los niveles de cccADN intrahepáticos, como así también de la probabilidad de pérdida del HBeAg gracias a los tratamientos con análogos nucleós(t)idos o interferón pegilado y la posibilidad de rebote viral luego de suspendida la terapia antiviral [2].
Por último, se ha desarrollado un nuevo ensayo para cuantificar los anticuerpos totales anti-HBc. En la historia natural de la infección crónica por HBV, los niveles totales de anti-HBc se encuentran significativamente elevados en las fases de hepatitis, con respectos a las de infección. También se ha observado que los niveles de este marcador pueden predecir la seronversión del HBeAg en individuos bajo tratamiento antiviral, mayores niveles basales se asocian a mayor tasa de seroconversión. De esto se desprende que los niveles total de anti-HBc podrían estar correlacionados con la respuesta inmune contra HBV y ser complementarias a otros marcadores cuantitativos disponibles, incluyendo los niveles de ADN y HbsAg [3].
La combinación de los biomarcadores de HBV va a permitir una mejor definición de la “actividad” de la infección crónica por HBV de cada individuo; determinar el riesgo de desarrollo de hepatocarcinoma, monitorear el tratamiento y predecir de manera más precisa la respuesta a largo plazo a los mismos.
- Kao JH, Chen DS. Global control of hepatitis B virus infection. Lancet Infect Dis 2002;2:395-403.
- EASL 2017 Clinical Practice Guidelines on the management of hepatitis B virus infection. J Hepatol. 2017 Aug;67(2):370-398.
- Lin CL, Kao JH. New perspectives of biomarkers for the management of chronic hepatitis B. Clin Mol Hepatol. 2016 Dec;22(4):423-431
- Kimura T, Rokuhara A, Sakamoto Y, Yagi S, Tanaka E, Kiyosawa K, et al. Sensitive enzyme immunoassay for hepatitis B virus core-related antigens and their correlation to virus load. J Clin Microbiol 2002;40:439-445.