Los tratamientos para la infección por el virus de la hepatitis C (HCV) con antivirales de acción directa representan hito en el manejo de esta patología, llevando las tasas de respuesta viral sostenida (RVS) por encima del 90%. A pesar de ello, aproximadamente 5% de los individuos tratados presentaran fallos al tratamiento, la mayoría de las cuales se encontraran asociadas al desarrollo del sustituciones asociadas a resistencia (RAS de sus siglas en inglés), principalmente relacionadas a los inhibidores de NS5A[1].