Mediante estrategias de prevención, diagnóstico, vigilancia y tratamiento es posible cortar la cadena de transmisión y detener el brote.
Para los fines de la prevención, es fundamental que las personas que estén cursando la enfermedad comprendan que deben permanecer aisladas, ya que las lesiones pueden ser contagiosas hasta la caída total de todas las costras y la presencia de piel nueva sana debajo de estas. Asimismo, y habida cuenta de que la epidemiología a la fecha da cuenta de los casos en una población muy precisa, es fundamental que las personas que tengan síntomas de enfermedad, aunque estos no sean específicos de ninguna patología, se abstengan de mantener relaciones de contacto estrecho, incluido el sexual en cualquiera de sus modalidades.